Para qué. Para qué escribir este
relato, si todo es inútil y nada sirve de nada.
Dicen que el objetivo de la vida
es sencillamente alcanzar la
felicidad. Yo sinceramente creo que es un objetivo estúpido. Dando por supuesto
que la felicidad perpetua es una utopía, y por lo tanto no vas a ser feliz
durante un período de tiempo muy largo, mi máxima en la vida es “vive para ser
recordado”. Esto puede aplicarse tanto a nivel reducido-íntimo (familiares y
amigos) o a nivel profesional (llegar a ser famoso por una determinada hazaña).
Porque, al fin y al cabo, vas a acabar muriendo algún día, y dado que yo no
creo en la vida más allá de la propia vida tal y como la conocemos, alcanzar la
felicidad es un objetivo que solo puede satisfacer a uno a nivel personal, pero
como ya he dicho, solo en momentos determinados. Creo que llega un momento en
la vida de toda persona en el que te das cuenta de que es absurdo vivir
estresado, tomarse la vida de manera seria o darle importancia a ciertas
conversaciones/situaciones que crees transcendentales pero realmente son
simples.
Está claro que no merece la pena
ser recordado a cualquier precio, ya que si la gente te va a recordar con
desprecio, es mejor no ser recordado. Pero, ¿de qué forma puede ser recordado
uno? Es impredecible saberlo, ya que nadie tiene la clave del éxito más allá
del esfuerzo. Pero si tienes una idea, por muy compleja que sea, por mucho que
te cueste llevarla a cabo, materialízala. Hazla realidad y deja impresionada a
la gente. Es cierto que conseguir el éxito y conseguir que la gente te recuerde
tiene el mismo destino que para una persona que ha desaprovechado su vida. Y
este destino es la muerte. Pero aun así, creo que la satisfacción de alcanzar
el éxito es la finalidad más cercana a la deseada felicidad.
Es por ello que creo que lo primordial
es defender tus ideales y luchar por cambiar algo en el mundo. Procura hacer
cada día algo de provecho. Evita ser igual que los demás. En definitiva, deja
de desperdiciar tu vida porque algún día será lo suficientemente tarde como
para morir en el olvido.
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